La Celestina


¿Por qué destaca el personaje de Celestina por encima de cualquier otro de la obra de Fernande de Rojas?

Uno de los motivos por el que destaca este personaje es que tenga un pasado biográfico, a diferencia de los otros. Esta dimensión biográfica se va formando al desarrollarse la trama de la obra. Se insite en la apariencia física de la vieja. Celestina es barbuda, tiene la cara arrugada de vieja, lleva en la cara un rasguño permanente que los enterados reconocen como la marca del Diablo; trae siempre haldas muy largas que le impiden andar. 

Celestina ha dedicado su vida entera a la sexualidad como artículo de compra y venta. No se limita a la alcahuetería. Sabe, también, cómo hacer, con medios hechiceriles, a los hombres impotentes y a las mujeres que conciban odio hacia los cónyuges o a sus amados. Su casa hace las veces de burdel, adonde pueden acudir sus clientes, tanto laicos como eclesiásticos, para gozar del amor clandestino. Otra especialidad suya es "remendar vírgenes", como parte del oficio de curandera y partera. También es fabricante y vendedora de perfumes, actividad asociada a la alcahuetería. Otro truco que utiliza es presentarse como vendedora de hilado fabricado de su propia mano, como hace para entrar en la casa de Pleberio. 

La osadía de Celestina despierta el interés en el lector. Ella ha sido castigada públicamente , pero tales castigos no parecen haber tenido el menor efecto correctivo. Goza de la fama que tal publicidad le trae. Sorprendentemente, está muy preocupada por su honra.

Es fundamental su ausencia total de vergüenza. Se siente orgullosa de su oficio de alcahueta profesional. Asegura que trabaja en beneficio de la sociedad como comprueba, según ella, la cantidad de clientes que se le acercan, sin que ella tenga que buscar a ninguno.

Celestina no solo es más astuta y perspicaz que los demás personajes de la obra, sino también mucho más inteligente. Es capaz de percibir los pensamientos y los sentimientos ocultos de los que la rodean. Continuamente recurre a la mentira, al engaño y a la hipocresía. Posee un don extraordinario para entender cuándo ha llegado el momento para cambiar dirección, lo que hace con el mayor aplomo.