QUÉ SE SIENTE, QUÉ SE SIENTE...
Vuela
la paloma
al
viento ligero,
sobrevolando
al tiempo,
al
tiempo en que yo
pienso
por un momento:
Qué se
siente, qué se siente
al
vivir una guerra
al
vivir una masacre
Qué se
siente, qué se siente
al
cerrar los ojos...
y no
oír más que gente sufrir.
Corre
el niño
por la
tierra dura,
sin
nadie a su alrededor,
corriendo
descalzo
y
sintiendo dolor.
Qué se
siente, qué se siente
al ver
gente morir
al no
poder vivir
Qué se
siente, qué se siente
al
cerrar los ojos...
y no
oír más que gente sufrir.
Llora
el bebe
en lo
brazos de la mujer,
sintiendo
tristeza,
viendo
tan solo
lagrimas
en sus ojos.
Qué se
siente, qué se siente
al ver
a tu madre morir
con
lágrimas en sus ojos.
Qué se
siente, qué se siente
al
cerrar los ojos...
y no
oír más que gente sufrir
Entonces
pienso...
Por qué
hay que pasar por esto?
Por qué
lo permitimos?
Por qué
no lo extinguimos?
Así que
te pido...
deja a
la gente vivir,
porque
más bonito es ser feliz
que sin
motivo hacer sufrir.
UN DÍA DE PAZ
Un día de paz,
sin guerras ni
cañones,
sin disputas ni
dolores
y con muy buenos
valores.
Sólo hay días de
paz
si somos capaces
de amar
y si tenemos en
el alma
un corazón para
dar.
Un día de paz,
para los niños
pobres y los que suelen sufrir,
si todos ayudamos
ellos conseguirán
reír.
UN
SOMNI PREMONITORI
Amb cada somriure
expressar
l’alegria d’aquell
gran moment,
abraçar aquella
gran amistat
I oblidar-se de tot
allò dolent.
Que en el món hi ha
moltes guerres,
molta pobresa i
molta fam,
però no hi ha
pitjor tortura
que viure la gran
soledat.
Sense un company
que t’estimi,
sense una mare al
teu costat,
sense aquelles
grans abraçades
és impossible la
felicitat.
Cadascú al seu
interior
viu una vida o una
altre,
però tots junts si
volem
podem canviar la
dels altres.
Potser no els podem
fer rics,
ni fer-los viure
diferent,
però sí fer-los
conviure
amb harmonia entre
la gent.
Un món sense
insults ni penes,
sense guerres ni
desigualtats
i que la
discriminació entre la gent
se substitueixi per
l’amistat
Tots sols no podem
canviar
el món que ens ha
tocat viure
però sí participar
en el projecte
d’aprendre a conviure.
Regalar abraçades a
la gent
Somriures i dolces
mirades,
i que sèriament ens
proposem
acabar amb els insults i
els baralles.
El mundo cambiará ?

Hay
alguien que pide,
Un
simple almuerzo
O
un trozo de pan.
Hay
otros que viven
Sin
ninguna ilusión,
Teniéndolo
todo
A
su disposición
Y
yo me pregunto
Si
existe en el mundo
Alguna
persona
Que
sea feliz
Días
y noches encendemos la tele,
siempre
la misma canción:
Pobreza,
accidentes
o
alguna explosión
Aún
suerte que hay gente
Dispuesta
a ayudar
A
tristes personas
Que
no tienen hogar
Y cuando pienso en la gente
Que
se dispone a dar
Creo
que el mundo
Muy
pronto va a cambiar!
Lo que falta en el mundo
Lo que anhela la gente en la tierra,
algo aquí, inexistente,
no podemos conseguirlo
por culpa de algún presidente.
Dios intentó establecerla
pero fue casi imposible,
ya que la gente que crea
a veces poco predecible,
se puso del lado del malo
para hacer un poco el vago.
Querían salvar su pellejo
lo que todo el mundo, normalmente
y saltar como un conejo
en vez de ir directo a la muerte.
Solo gente esperanzada
fue con Jesús entusiasmada
para encontrar ese anhelo,
que es la paz más buscada.
La crisis
Había una vez, ya
no recuerdo hace cuanto, un mundo. Era un mundo próspero y con recursos, y
estaba regentado por 50 ministros. Pero el mundo padeció un año realmente malo
y entró en decadencia. El primer ministro, al percatarse de la catástrofe,
mandó llamar a los 49 ministros restantes inmediatamente, y les informó de que
debían reunirse todos lo antes posible para tratar el tema.
Aquella misma tarde se reunieron todos los ministros en
el Palacio de Congresos. Estaban todos: el Ministro de Armamento, el de
Enseñanza, el de Interiores, el de Historia…
Inauguró el debate el Primer Ministro:
-
Compañeros Ministros nos hemos reunido aquí para tratar
el problema de la crisis mundial
que padecemos ¿alguna sugerencia?
-
Yo propongo subir los precios – dijo el Ministro de
Consumo – si lo hacemos, todo el mundo se pondrá a trabajar mucho y podremos
salir de la crisis.
-
No, no – dijo el Ministro de Enseñanza – creo que
deberíamos doblar las horas de estudio de los niños, de siete a once. Así la
sociedad del futuro estará más preparada.
- No estoy de acuerdo -soltó el Ministro de
Armamento- Deberíamos dejarnos de
ciencias e internarles en el ejército.Una buena disciplina, es lo que
necesitamos.
De pronto, el ministro más viejo de todos habló. Era un
hombre de voz débil, peró en ese momento se le oyó perfectamente:
-
¿Pero qué no veis que todo lo que estáis proponiendo es
lo que nos ha llevado a la crisis?¿Que todo lo que ha hecho que los hombres se
estropeen ha sido eso? Yo os diré lo que realmente necesita este mundo: no es
ni oro ni armas ni estudios. Es paz.